martes, 12 de febrero de 2019

¿Por qué es un producto cultural?


Trainspotting es una película estrenada en el año 1996, y basada en la novela de Irvine Welsh, publicada en 1993. El título en el libro hace referencia a un pasaje en el que Begbie y Renton conocen a un borracho en una estación de ferrocarril abandonada en el que ambos hacen sus necesidades. El señor ebrio pregunta en tono de humor si están haciendo "trainspotting" (juego de palabras con tren y orinar).

El éxito que obtuvo la película se debe a que hablaba directamente de un tema muy importante para el momento, la Generación X, un grupo de jóvenes que tuvo que vivir una época llena de cambios políticos a finales de los 80 y principios de los 90 del siglo pasado. Vivió en la evolución de la sociedad del consumo y a los movimientos que ocurrían a su alrededor.

Como explica Canclini, en su artículo “Cultura popular, industrias culturales y ciberespacio” denominamos producto cultural al conjunto de procesos a través de los cuales intuimos imaginariamente lo social. Cuando hablamos de productos culturales nos referimos a todo aquello que ha sido creado por la industria con contenidos simbólicos generalmente para el consumo social.

Las producciones culturales se pueden presentar en infinidad de posibilidades. Vemos como durante todo el S.XX el cine ha sido un maravilloso medio para representar audiovisualmente los problemas e inquietudes de las diferentes sociedades. En el caso que aquí se analiza, se hace una crítica a un determinado grupo de individuos, cuya juventud está corrompida por las drogas.

Siguiendo una de las definiciones que se nos aporta en dicho artículo, la cultura designa procesos de producción, circulación y consumo de la significación de la vida social, por lo que podemos decir perfectamente que Trainspotting es un producto cultural, ya que, se refleja “un conjunto de ritos, costumbres, formas de vida, de una comunidad y de un determinado periodo”

Vemos como es un producto simbólico resultante de prácticas artísticas y del intelecto, del cual precisa una serie de conocimientos, normas…

La palabra “Trainspotting” hace referencia al hecho de observar cómo los trenes atraviesan el horizonte. La expresión carece totalmente de sentido y en la novela en la que se basa el film, Welsh establece un paralelismo entre esta afición y el consumo de heroína, que considera una práctica absurda y sin sentido para las personas que no son adictas.

Toda cultura tiene anexionada un conjunto de productos con los que se identifica, y en este caso, Trainspotting es un producto audiovisual asociado a cierto tiempo y espacio, así como a una determinada sociedad. Lo cierto es que, pese a haber sido estrenada hace más de 20 años, podemos seguir asociando el largometraje con nuestra cultura imperante hoy día.

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